La única herramienta para vivir es el propio cuerpo, entonces ahí vive y radica la última verdad.

   Los humanos siempre hemos utilizado nuestro cuerpo como un lienzo para pintar, dibujar, escribir, marcar, señalar, comunicar al exterior algo interno.

   Este hecho es trascendental para nuestra especie, desde el comienzo las tribus se identificaron con signos pintados en la piel y dentro del grupo los diseños señalaron categorías, rangos y castas.

   Todo cuerpo es sagrado y todo símbolo encierra un misterio, unir éstos dos elementos crea cuerpos llenos de verdad, el cuerpo humano desnudo y escrito lo defiende todo y el discurso visual es rotundo.

   Esta Serie es un reconocimiento a todas las personas que han luchado y luchan con la fragilidad de su cuerpo contra las injusticias con la fuerza de su conciencia y su entrega por amor al prójimo. Una llamada de atención a estos tiempos de globales apariencias donde el cuerpo es la catedral de los traumas.

Agradezco a mi hermano Germán por los textos que acompañan las imágenes del Catálogo que de la Exposición y que puedes encontrar en la Tienda de la web.